Desde la primera infancia, todo ser humano se pone una armadura. La armadura es una respuesta al dolor y a las amenazas percibidas subjetivamente. La armadura es, por tanto, un mecanismo de defensa, contracción y retraimiento. Eso desensibiliza, somos menos perceptivos al mundo interior y exterior. Sin embargo, la percepción es una función importante del crecimiento de la conexión. En el ámbito sexual, la armadura ensombrece nuestra vitalidad y nuestra naturalidad relajada. Dentro de los barrotes de la prisión de la armadura, con frecuencia hay un sentimiento de inadecuación, que a menudo conduce a la vergüenza, y al miedo a mostrarnos. En particular, nos sentimos avergonzados por nuestro cuerpo físico, nuestros genitales y nuestra fuerza vital sexual, lo que forma nuestra identidad. La vergüenza y el miedo contribuyen al reflejo de contracción, y nos retraemos aún más de compartirnos auténticamente con el mundo. La coraza se interpone en nuestro camino de crecimiento interior y de autorrealización exterior.
La armadura conduce a la contracción; el Dearmoring promueve el crecimiento y el desarrollo basados en la expansión.
Son dos principios opuestos en la vida. Hasta cierto punto, podemos crecer y desarrollarnos dentro de nuestra armadura. Sin embargo, llega un momento en el que nos encontramos con nuestras propias limitaciones. Por lo general, esto se experimenta como una sensación subyacente de insatisfacción, angustia o frustración.
Body De-Armoring limpia y libera.
Body De-Armoring es un proceso ceremonial profundamente transformador que sólo requiere dos semanas (!) de tu tiempo. Te curarás de las heridas resultantes de la contracción constante, de vivir bajo tensión y estrés, y accederás a estar presente, relajado y perceptivo. Cada día, un trozo de limitación se desprende. Te abrirás a ti mismo más profundamente, y a la alegría y el placer de estar vivo. Te vuelves más sano y más relajado, ya que el alma se libera de sus sombras.